El Combate de Chacabuco se produjo el día 12 de febrero, desarrollándose entre las 11 de la mañana y las 14 hs., adelantándose dos días a lo pensado en un principio, para no dar tiempo a las fuerzas realistas a reorganizarse, luego de haber sido dividas por la “guerra de zapa” (estrategia de distracción por la que se simuló un ataque desde varios frentes).
Las fuerzas sanmartinianas se dividieron en un ala derecha, al mando del Brigadier Miguel Estanislao Soler, con 2.000 hombres, que tomó el camino largo de la Cuesta Nueva y en un ala izquierda, a cargo de O´Higgins, con 1.500 hombres, que avanzó por el camino corto de la Cuesta Vieja. Ambas divisiones convergerían en Chacabuco para enfrentar a las fuerzas enemigas.
Sin embargo, el plan no se ejecutó de la manera prevista. O´Higgins, que lógicamente al avanzar por el camino más corto, llegó primero, con la misión de contener a los enemigos hasta la llegada de Soler, tal vez se vio entre los fuegos cruzados de los españoles, o quizás por sus ansias de victoria impaciente, atacó sin esperar la llegada de Soler. Estando la batalla muy comprometida para los criollos, la intervención personal de San Martín, comenzó a convirtir a la batalla de Chacabuco en símbolo de victoria para la causa patriótica.
La llegada de Soler, cambió definitivamente el rumbo del encuentro, ya que el ataque sorpresivo de esta división, dejó a los realistas sorprendidos e indefensos.
El boletín donde se comunica al pueblo de Buenos Aires el triunfo de Chacabuco, termina diciendo “Enemigos del nombre americano! Cesad de derramar sangre inútilmente. Respetad a los héroes de la Cuesta de Chacabuco”.
Las fuerzas sanmartinianas se dividieron en un ala derecha, al mando del Brigadier Miguel Estanislao Soler, con 2.000 hombres, que tomó el camino largo de la Cuesta Nueva y en un ala izquierda, a cargo de O´Higgins, con 1.500 hombres, que avanzó por el camino corto de la Cuesta Vieja. Ambas divisiones convergerían en Chacabuco para enfrentar a las fuerzas enemigas.
Sin embargo, el plan no se ejecutó de la manera prevista. O´Higgins, que lógicamente al avanzar por el camino más corto, llegó primero, con la misión de contener a los enemigos hasta la llegada de Soler, tal vez se vio entre los fuegos cruzados de los españoles, o quizás por sus ansias de victoria impaciente, atacó sin esperar la llegada de Soler. Estando la batalla muy comprometida para los criollos, la intervención personal de San Martín, comenzó a convirtir a la batalla de Chacabuco en símbolo de victoria para la causa patriótica.
La llegada de Soler, cambió definitivamente el rumbo del encuentro, ya que el ataque sorpresivo de esta división, dejó a los realistas sorprendidos e indefensos.
El boletín donde se comunica al pueblo de Buenos Aires el triunfo de Chacabuco, termina diciendo “Enemigos del nombre americano! Cesad de derramar sangre inútilmente. Respetad a los héroes de la Cuesta de Chacabuco”.
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